ROMANOS
CAPÍTULO 16
Romanos 16:1
Febe puede
haber sido la persona que entregó personalmente la epístola
de Pablo a los Romanos. Ella recibió las sinceras recomendaciones de
Pablo. Es interesante que de los cinco primeros creyentes que Pablo menciona
(v.1-6), tres de ellos fueran mujeres. Cuando del servicio a Cristo y a Su
asamblea se trata, las mujeres en ninguna manera ocupan un lugar secundario
al hombre. Ellas son “coherederas de la gracia de la vida” (1 Pedro 3:7) y
su fidelidad será recompensada en el Tribunal de Cristo. Cuando se
trata de trabajar fielmente para el Maestro, no hay varón ni mujer
en Cristo. Todos servimos al mismo Salvador como Sus siervos amantes, aunque
con diferentes capacidades. El Cristianismo Bíblico, a pesar de lo
que digan sus críticos, siempre ha dignificado a la mujer y ha permitido
a las mujeres creyentes encontrar plena satisfacción y gozo en ser
la persona que Dios quiere que sean. Es en las sociedades en las cuales los
principios bíblicos no son honrados, que las mujeres son horriblemente
maltratadas y tenidas en baja estima.
Febe era
tanto HERMANA como SERVIDORA (v.1). Pablo la reconoció como hermana
en Cristo (un acogedor término familiar) y como una servidora (diakonon)
de la asamblea. Ella servía en la asamblea local que estaba en Cencrea, una ciudad puerto localizada cerca de Corinto (comparar
Hechos 18:18).
Febe era
una “servidora” o una “diaconisa” de la iglesia. ¿Esta palabra se usa
en un sentido general, para indicar que ella era una humilde servidora de
la asamblea o es usada en un sentido más técnico, de que ella
tenía un cargo en la iglesia? ¿Tenía la iglesia primitiva
un cargo de “diaconisa” (diácono femenino)? No se hace mención
de “diaconisas” en el Nuevo Testamento. Sin embargo, hay un pasaje interesante
que se encuentra en 1 Timoteo capítulo 3, el capítulo que habla
de los requisitos para los ancianos (obispos) y diáconos. A la mitad
de la lista de los requisitos para los diáconos, Pablo agrega esta
acotación: “Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino
sobrias, fieles en todo” (1 Ti.3:11). ¿Se refiere a las mujeres de
los diáconos o a otras mujeres en la asamblea (diaconisas)? Si se refiere
a las esposas de los diáconos, ¿por qué Pablo no dice
nada en este capítulo acerca de los requisitos de las esposas de los
ancianos? ¿Por qué deben cumplir las esposas de los diáconos
con ciertas normas, mientras hay silencio en cuanto a las esposas de los ancianos?
Alguien diría que Pablo no está estableciendo pautas para las
esposas de los diáconos, sino para las diaconisas.
Se pueda
o no se pueda sustentar bíblicamente el “cargo” de diaconisa, debemos
reconocer el “trabajo” de una diaconisa. Tenga o no tenga oficialmente ese
título, la santa mujer piadosa ha de ejercer como una humilde servidora.
Si entendemos el propósito de los diáconos masculinos, podemos
entender la necesidad de servidoras femeninas. El origen de los diáconos
se encuentra en Hechos 6:4. Había la necesidad de ministrar a las viudas
necesitadas y este problema estaba llegando a ser una carga para los apóstoles,
hasta el punto de que dificultaba su ministerio de oración y de predicación
de la Palabra de Dios. El líder espiritual de la iglesia nunca debe
ser desviado de su tarea principal de oración y predicación. Fueron nombrados “diáconos” calificados
para manejar esos asuntos, para que los apóstoles pudiesen “persistir
en la oración y en el ministerio de la Palabra”. El ministerio a las
viudas fue dado a los diáconos, para que los apóstoles pudiesen
dedicarse al ministerio de la Palabra de Dios.
Esta es la
función principal de un diácono hoy en día. Debe ser
un hombre espiritual, un servidor humilde y capaz de manejar cosas tales como
las finanzas, el cuidado y la mantención de la propiedad y del edifico,
y todo lo que pueda aliviar la carga de los líderes espirituales de
la asamblea, para que puedan dedicarse con persistencia a la oración
y al ministerio de la Palabra. Está demás decir que si un Pastor
pasa 25 horas a la semana pintando y haciendo trabajos de reparación,
sacando la nieve con la pala, limpiando el edificio de la iglesia, etc., entonces
su ministerio en el púlpito sufrirá grandemente. Diáconos
fieles y capacitados deberían poder manejar muchos de estos necesarios
quehaceres. Imagina una gran tormenta de nieve que ha cubierto el suelo con
15 pulgadas de nieve fresca. El Pastor se pone su equipo de nieve y sale a
emprender la tarea. Repentinamente viene el diácono David con su maquinaria,
toma la pala y dice, “Pastor, yo haré esto. Quiero que regrese a su
oficina y use el tiempo para ORAR y PREPARAR la PREDICACIÓN. Los diáconos
pueden ocuparse de la nieve, pero Dios ha dotado a algunos hombres para alimentar
a la grey (Efesios 4:11-12) y no queremos que usted
descuide su tarea principal”.
De igual
manera, las mujeres piadosas pueden cumplir funciones similares en la asamblea.
Hay incontables quehaceres y tareas que necesitan hacerse de las cuales podrían
encargarse las mujeres y que facilitarían las tareas y aliviarían
la carga de los líderes espirituales de la asamblea. La mujer servidora
humilde podría preguntar, “¿Qué puedo hacer por el Pastor
y los ancianos que pueda aliviar su carga y hacerles más fácil
dedicarse al importantísimo ministerio de la Palabra?”
Acaso las llamemos “diaconisas” o no, esta “labor de una diaconisa”
es muy necesaria en nuestro día y toda la asamblea se beneficiará
de ella. Las mujeres pueden funcionar como diaconisas, aunque no ostenten
ese título oficial.
Romanos 16:2
Pablo exhorta
a los creyentes romanos a “recibir” a Febe. Esto significa que la “recibieran
entre ellos, que la admitieran, la recibieran en comunión y compañerismo”
(Thayer). Que le dieran una cordial bienvenida en
su medio (esta palabra “recibir” se usa en cuanto a los creyentes que esperan
ansiosamente la venida del Señor—Tito 2:13 –“aguardando”; Judas 21—“esperando”,
y comparar Lucas 2:25- “esperaba” y Lucas 2:38—“esperaban”). Se usa en Filipenses
2:29 de los creyentes filipenses recibiendo a Epafrodito, el fiel compañero de milicia de Pablo.
Se usa del Señor Jesús que recibía a los pecadores y
comía con ellos (Lucas 15:2). Debían recibirla “en el Señor”,
como a una hermana en Cristo, una que disfrutaba la bendita UNIÓN con
el Hijo de Dios. Debían hacerlo como “corresponde a santos”, como es
digno de los santos. Debían recibirla como es apropiado para los santos.
Como creyentes debemos andar como es digno (la misma palabra) de nuestro elevado,
santo y celestial llamamiento (Efesios 4:1), y esto incluye nuestra conducta
hacia nuestros compañeros creyentes. Ser salvo es un tremendo privilegio,
pero trae consigo la enorme responsabilidad de andar y vivir de una manera
digna.
Como santos,
debemos andar como es digno de nuestro llamamiento (Efesios 4:1)
Debemos comportarnos
como es digno de las buenas nuevas de Dios, el evangelio (Fil.1:27)
Debemos andar
como es digno del Señor, agradándole en todo (Col. 1:10)
Debemos andar
como es digno de Dios, que nos llamó a su reino y gloria (1 Te. 2:12)
En 3 Juan,
Gayo es exhortado a ministrar a los santos “como es digno de su servicio”
o de una manera digna de Dios. Es decir, debía mostrar hospitalidad
hacia ellos como si fuera Dios Mismo que hubiera venido de visita. De la manera
en que trataríamos al Salvador, deberíamos tratar también
a los santos. Son dignos de ese trato por causa de Cristo.
El Señor
no quiere que olvidemos nunca QUIENES SOMOS EN CRISTO. Nunca olvidemos que
somos SANTOS (Rom.1:7). Dios nos ha santificado en Cristo Jesús (1
Co.6:11). Nosotros somos Sus SANTOS, que han sido apartados para servir al
Dios vivo. Vivamos santamente. No traigamos vergüenza sobre el Nombre
de Aquel que nos apartó para sí mismo.
Pablo instruye
a los creyentes romanos que “ayuden” a Febe. Lo que significa “prestarle auxilio”
(Thayer), “proveer”, “preparar” (ver Hechos 23:24)
cualquier cosa que necesitara. ¿Por qué debían asistirla?
Porque ella ayudaba y asistía a muchos, incluso a Pablo. Los que ayudan,
merecen ser ayudados. Los que asisten a otros, merecen ser asistidos. Es apropiado
y corresponde asistir al que ayuda. No se nos dice exactamente qué
hacía Febe para ayudar a Pablo y a muchos otros. Pero piensa en las
incontables personas que a través de los siglos han sido ayudadas y
bendecidas espiritualmente por la epístola de Pablo a los Romanos.
Al entregar esta epístola, Febe, en verdad, ha “ayudado a muchos”.
Romanos 16:3-4
Es interesante
que Priscila, la esposa, es mencionada por Pablo
antes que Aquila, su esposo. Considera la siguiente información que
provee el Nuevo Testamento acerca de este notable equipo marido/esposa:
Ella
no era una mujer oprimida. Ella
parece haber tenido dones o habilidades especiales o una devoción a
Cristo única que la capacitaban de tal modo para sobrepasar a su marido
en algunas áreas, como para merecer un reconocimiento especial de Pablo.
Ella
era sumisa. En los seis pasajes
en que ella es mencionada en el Nuevo Testamento (por Lucas y Pablo), nunca
se implica que ella estuviera de alguna manera fuera de línea. Ella
nunca es censurada, sino recomendada. Siempre se la menciona en conjunto con
su marido. Ella era una mujer sumisa.
Romanos 16:5
Pablo envió
saludos a la iglesia que estaba en la casa de Aquila y Priscila. Esto nos
lleva a la interesante cuestión de las “iglesias hogareñas”.
En el primer siglo no había edificios para iglesias como los conocemos
hoy. Los creyentes se reunían donde podían – en hogares, en
el campo (comparar Hechos 16:13 donde vemos que los judíos se reunían
junto al río), en las catacumbas, etc. Ellos tenían la promesa
de Cristo, “Porque donde están dos o tres congregados en Mi Nombre,
allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20). El transporte tampoco
era tan fácil como hoy en día. Hoy podemos viajar de un extremo
al otro de una gran ciudad sin mayor problema, pero en el primer siglo, cuando
la mayor parte de los viajes se hacían a pie, esto no era tan fácil.
Los siguientes
pasajes son significativos cuando se trata de “iglesias hogareñas”:
Cuando Aquila
y Priscila vivían en Efeso, se hace mención de “la iglesia que
está en su casa” (1 Corintios 16:19).
En Romanos 16:14 Pablo saluda a varios creyentes y luego hace
mención de “los hermanos que están con ellos”. En Romanos 16:15
Pablo saluda a varios creyentes y luego menciona a “los santos que están
con ellos”. ¿Podría esto indicar dos localidades adicionales
donde acostumbraban reunirse los creyentes?
En Hechos
12:12 leemos que “muchos estaban reunidos orando” en la casa de María,
la madre de Juan Marcos.
La casa de
Lidia era usada como un lugar de reuniones para los creyentes (Hechos 16:15,
40).
En Laodicea
había una iglesia hogareña cuyo anfitrión era Ninfas
(saludos a “la iglesia que está en su casa”—Colosenses 4:15).
En Filemón
2 leemos, “y a la amada hermana Apia, y a Arquito nuestro hermano de milicia,
y a la iglesia que está en tu casa”.
Aunque los
creyentes se reunían en diferentes lugares, es importante recordar
que en el designio de Dios, cada ciudad grande no tenía más
que una iglesia. Así en la ciudad de Roma no había varias iglesias;
había una iglesia. Cada ciudad tenía solamente una iglesia.
Por ejemplo, en 1 Corintios 1:2 leemos sobre “la IGLESIA (singular) de Dios
que está en Corintio”. Corintio era una ciudad grande, pero tenía
una sola iglesia. En Apocalipsis 2:1 leemos de “la IGLESIA (singular) de Efeso”.
Efeso también era una ciudad grande, pero había una sola iglesia,
aunque sabemos que había al menos una “iglesia hogareña” en
esa ciudad (ver 1 Corintios 16:19). Y aunque estemos de acuerdo en que los
creyentes de Corinto puedan haberse reunido en diferentes hogares, había
ocasiones en que “TODA LA IGLESIA” se reunía “EN UN LUGAR” (ver 1 Corintios
14:23 y 11:20).
Hoy día,
a pesar de tener un sistema de transporte superior, justificamos el tener
más de una iglesia en una ciudad por el tamaño y la población
de la ciudad. “Una iglesia no podría alcanzar a toda esta gente. En
esta ciudad hay lugar para varias iglesias”. En vista de esto, es interesante
considerar la población estimada de algunas ciudades que eran importantes
en los tiempos del Nuevo Testamento:
JERUSALÉN
Josefo declara
que en el tiempo de la Pascua (cuando había miles y miles de peregrinos
y visitantes) había 2.700.000 personas en esta ciudad. La International Standard Bible Encyclopedia
dice que para el año 70 D.C. la población de Jerusalén
podría haber consistido de 250.000 (probablemente menos) habitantes.
Sería bastante seguro decir que había al menos 100.000 habitantes.
¿Cuántos
creyentes había en la iglesia de Jerusalén (ver Hechos 2:41;
4:4; 5:14)? ¿Cuántas iglesias había en Jerusalén
(Hechos 15:4)?
ROMA
“Anteriormente
se estimaba que en el primer siglo la población de Roma ascendía
a entre 1.200.000 y 2.000.000 de habitantes. Sin embargo, en 1941 se descubrió
en Ostia una inscripción con estadísticas que indican que en
el año 14 D.C., el año en que murió Augusto, la ciudad
de Roma tenía una población de 4.100.000 habitantes” (Una
Introducción al Nuevo Testamento, D. Edmond
Hiebert y ver Introducción al Nuevo Testamento de Everett f. Harrison).
ALEJANDRÍA
Alejandría
era la segunda ciudad más grande del Imperio Romano y contenía
tres grandes grupos: egipcios, judíos y griegos. De acuerdo con la
Encyclopedia Schaff-Herzog,
“al comienzo de la era cristiana había 300.000 hombres libres en la
ciudad de Alejandría”. La World
Book Encyclopedia
dice que, en su momento culmine, esta ciudad puede haber tenido una población
de 1.000.000 de habitantes.
EFESO
Había
una sola iglesia en esta gran ciudad (Ap.2:1). Su población era tan
grande que en el segundo siglo rivalizaba con Alejandría en cuanto
a la población.
ANTIOQUÍA
¿Cuántas
iglesias había en esta ciudad (Hechos 14:26-27)? Esta también
era una de las ciudades más grandes del Imperio. Su población
también consistía de una multitud diversa. De acuerdo con la
Schaff-Herzog Encyclopedia su población,
en tiempos del Nuevo Testamento, era de 500.000 (medio millón).
TESALÓNICA
¿Cuántas
iglesias locales se encontraban en esta ciudad (1 Ts.1:1)? En los días
de Pablo, esta ciudad puede haber tenido como 200.000 personas (ver Introducción al Nuevo Testamento
de Everett F. Harrison, p.260).
CORINTO
Esta gran
ciudad comercial tenía una sola iglesia (1 Co. 1:2). La ciudad era
heterogénea (una mezcla de todo). La gente se atestaba allí
para ganar dinero y gastarlo. Empresas y negocios comunes y libertinaje común
eran el único lazo que mantenía unida a la gente. Era la ciudad
de pecado e inmoralidad y su población puede haber llegado a los 700.000
(la mayoría la estima en medio millón de personas). La
Zondervan Pictorial Encyclopedia dice
que había como 200.000 hombres libres y 500.000 esclavos.
Observaciones: Estas eran
ciudades muy grandes aun en términos de estadísticas de población
modernas, sin embargo, había una sola iglesia en cada ciudad. Hoy día
estamos lejos del modelo del Nuevo Testamento. El Señor predijo que
esto sería así en la parábola de la semilla de mostaza
(Mateo 13:31-32). Del Cristianismo creció un sistema religioso monstruoso,
anormal, insólito, horrible que ha llegado a llamarse “Cristiandad”.
El diablo ha tenido éxito en corromper, complicar, confundir y desordenar
lo que alguna vez fue un claro testimonio. Ha creado un caos.
Romanos 16:5 – Epeneto
Pablo
se gozó en una cosecha de almas mientras ministraba en Asia. El primer
fruto de esa cosecha (el primer convertido) fue Epeneto, un creyente que fue
cercano al corazón de Pablo. La Biblia dice “Acaya”, pero el manuscrito
griego apoya más bien que debemos leer “Asia”. Asia se refiere a Asia
Menor (la Turquía moderna), el área donde estaba localizada
Efeso (como también las otras ciudades mencionadas en Apocalipsis 2-3).
Pablo menciona
a Epeneto después de haber mencionado a Aquila y Priscila, quienes
también trabajaron en Asia, específicamente en Efeso, una de
las principales ciudades de Asia (1 Co. 16:9). Como ha señalado William
Hendricksen, “Es fácil imaginar que cuando Pablo o alguno de sus colaboradores,
como Priscila y Aquila, contemplaban la tremenda expansión del Cristianismo
en y alrededor de la provincia Romana de Asia, ellos debieron haber dicho,
‘y todo comenzó con Epeneto; él fue las
primicias'” (Romanos Capítulos 9-16, p. 503).
Pablo ciertamente recordaba con gozo las primicias en Macedonia (en realidad,
las primicias de Europa), que fue una mujer llamado Lidia, cuyo corazón
había abierto el Señor (Hechos 16:14). Siempre es un gozo mirar
hacia el pasado y recordar a la primera persona que fue salva en cierto lugar,
sabiendo que Dios, que comenzó esa buena obra, también la continuará.
En una cosecha, las “primicias” son el comienzo e indican que vendrá
mucho más fruto. Ese fue ciertamente el caso en Asia (ver Hechos 19:10-20).
¿Tienes en afectuosa memoria a la primera persona que guiaste al Señor?
¿Otros la han seguido?
Romanos 16:6 – María
Poco se nos
dice de María, excepto que ella “trabajó mucho” para Pablo y
sus compañeros (o para la iglesia de Roma, si aceptamos la variante
de “vosotros”). El significado del término griego es que ella trabajó
mucho y se afanó diligentemente, hasta el agotamiento y la extenuación.
Muchos creyentes trabajan muy duro por la causa de Cristo y esto muchas veces
pasa inadvertido, desapercibido y es ignorado por los hombres. Pero Dios ciertamente
toma nota (ver Hebreos 6:10). Que nosotros demos nuestro todo por el Salvador
y Su obra: “Levántense, hombres de Dios, olviden las cosas poco importantes;
den su corazón y su alma y su mente y sus fuerzas para servir al Rey
de Reyes”.
María
(Miriam) era un nombre muy común en el Nuevo Testamento y varias mujeres
diferentes tenían este nombre:
Romanos 16:7
Hay alguna
incertidumbre si acaso el segundo nombre representa a un hombre (Junias) o a una mujer (Junia). Depende
de cómo es acentuado el nombre. Si esta persona era una mujer, es posible
que Andrónico y Junia fueran
marido y mujer. Pablo nos dice cuatro hechos interesantes sobre estos dos
creyentes:
Romanos 16:8 – Amplias
De acuerdo
con Hendricksen, el nombre Amplias era un nombre común entre los esclavos.
Amplias era posiblemente un esclavo en la iglesia de Roma, pero era amado
por Pablo. Los creyentes tienen un maravilloso vínculo en Cristo, sin
importar su estado en la vida o su posición social. El evangelio pone
a todos los creyentes al mismo nivel. Todos somos siervos de nuestro Amo,
el Señor Jesucristo (Col. 3:23-24). Amplias puede haber sido un esclavo,
pero para Pablo, él era un muy querido hermano en Cristo. En las iglesias
del Nuevo Testamento el énfasis era sobre la espiritualidad del hombre
y su andar con el Señor y no sobre su condición en la vida.
Por ejemplo, en 1 Timoteo capítulo 3 un hombre no queda descalificado
para ser anciano o diácono por ser un esclavo (no se menciona nada
semejante). Esto abre el camino a la fascinante posibilidad de que un esclavo
pueda ser un oficial en una asamblea local de creyentes y que su amo creyente
tuviera que estar en sumisión a él en la asamblea; en cambio
fuera de la asamblea, el esclavo creyente estaría sometido a su amo
creyente. Uno recuerda los días de William Carey en la India cuando
la gente estaba esclavizada por un estricto sistema de castas, pero cuando
esta gente confiaba en Cristo como en su Salvador e ingresaban en la iglesia
del Dios vivo, ellos disfrutaban de igual posición en Cristo, siendo
coherederos de la gracia de la vida. “Ya no hay judío ni griego; no
hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros
sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28).
Romanos 16:9 – Urbano y Estaquis
Ellos eran
colaboradores (la misma palabra como en el v.3). Los creyentes trabajan juntos
en el mismo equipo, teniendo la misma ambición (agradar a Cristo –2
Co.5:9) y teniendo la misma meta (la gloria de Dios –1 Co.10:31). Tal como
los miembros de nuestro cuerpo se ayudan unos a otros, así es en el
cuerpo de Cristo (1 Co.12:12, 20-27). Estaquis era amado por Pablo. Nótese
cuán animadores son los saludos de Pablo en estos versículos.
Estos creyentes romanos tenían ciertamente sus debilidades y sus fallas,
pero Pablo los saluda con amor y “el amor es benigno y no hace nada indebido
(1 Co. 13:4-5). Pablo no veía a estos creyentes como eran en sí
mismos, sino como estando “en Cristo” (ver v.3, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13 y
note las expresiones “en Cristo” “en el Señor”).
Romanos 16:10
La palabra
“aprobado” se encuentra en otras partes, como en Rom.14:18; 1 Co.11:19; 2
Co.10:18; 13:7 y 2 Ti. 2:15 (Timoteo debía hacer todo esfuerzo para
presentarse a sí mismo “aprobado” por Dios, como obrero que no tiene
de qué avergonzarse). También se encuentra en Santiago 1:12
– “Bienaventurado el varón que soporta la tentación (persevera
en el conflicto); porque cuando (después que) haya resistido la prueba
(fuera probado y aprobado), recibirá la corona de vida, que Dios ha
prometido a los que le aman”. Esta misma palabra, con el prefijo negativo
(“desaprobado”), se encuentra en 1 Co.9:27 (“eliminado”) y significa “desaprobado,
descalificado, rechazado” (ver también Rom.1:28; 2 Co.13:5, 6, 7; Tito
1:16; Hebreos 6:8; 2 Ti.3:8). Apeles era un creyente que había sido
probado en pruebas y aflicciones y circunstancias adversas, pero él
confió en el Señor y permaneció fiel a Cristo. Es de
suma importancia cómo el creyente responde a las duras pruebas que
Dios pone en su camino.
Algunos (Lightfoot, Hendricksen) han sugerido que Aristóbulo
puede haber sido el nieto de Herodes el Grande (el hermano de Herodes Agripa
I), si bien es difícil determinar si esto es realmente el caso. Si
así fuese, Pablo estaría probablemente refiriéndose a
esclavos de su casa que eran creyentes. Nunca debemos ser reticentes de encontrar
creyentes aun en los lugares menos pensados. La familia de Herodes era una
de las familias más impías de la historia de la humanidad, pero
Dios puede hacer Su maravillosa obra de gracia aun dentro de las puertas y
los muros de los incrédulos más infames. Es irónico que
aún en nuestros días, la más celebrada y publicitada
atea de la segunda mitad del siglo veinte tuviera un hijo que se hizo cristiano,
muy a su pesar y disgusto.
Romanos 16:11 – Herodión, Narciso
Herodión
era pariente de Pablo, lo cual probablemente indica que era judío (ver
discusión bajo v.7). Debemos recordar también el cercano parentesco
que, como “hermanos”, tienen todos los creyentes. No puede haber un pariente
más cercano que un hermano. El nombre “Herodión” puede indicar
alguna relación con la familia de Herodes. Hendricksen sugiere “asociado
con” o “teniendo admiración por” la familia de Herodes. Murray sugiere
que pertenecía a la familia o a la casa de Herodes. Quizás él
también estaba relacionado con la casa de Aristóbulo (v.10).
El nombre
“Narciso” nos recuerda a un joven mitológico, que era tan hermoso,
que todas las niñas deseaban pertenecerle, pero él solo las
evitaba. No quería a ninguna. Finalmente, una de las niñas,
cuyo corazón él había herido, hizo la siguiente oración
a los dioses, “Que el que no ama a otros, se ame a sí mismo”. La diosa
Némesis concedió su petición. Cuando Narciso se inclinó
sobre una límpida poza para beber y vio su propio reflejo, se enamoró
inmediatamente de él. El ardía de amor por sí mismo y
no podía dejar de contemplar su imagen. El permaneció allí,
languideciendo lentamente hasta que murió. De modo que Narciso (narcisismo)
ha llegado a ser un término que se refiere a AMOR A SÍ MISMO,
un interés excesivo por la propia apariencia, bienestar, importancia,
habilidades, etc. Lamentablemente, esta es una de las principales características
de los últimos tiempos – “Porque habrá hombres amadores
de sí mismos” (2 Ti.3:2).
Lightfoot
sugiere que Narciso puede haber sido un rico y poderoso liberto que tenía
una cercana relación con el Emperador Claudio, sirviendo como su secretario,
y que, más tarde, fue ejecutado poco después que Nerón
asumiera el trono. Si Aristóbulo estaba relacionado con la casa de
Herodes (ver v.10), entonces podría haber sido un cercano aliado de
Claudio. Estas dos posibilidades nos pueden ser de alguna ayuda para entender
Filipenses 4:22 (“los santos… de la casa de César”), porque habría
habido al menos dos casas dentro del palacio que tenían creyentes entre
ellos.
Romanos 16:12 – Trifena, Trifosa y Pérsida
—tres mujeres trabajadoras
Estas tres
creyentes eran conocidas por su TRABAJO. La palabra significa trabajo arduo,
aun hasta el punto del cansancio y agotamiento. El creyente debe aprender
a DESCANSAR aun en medio del trabajo (Mateo 11:28). Estas tres mujeres trabajaron
“en el Señor” y sabemos que nuestro trabajo en el Señor no es
en vano (1 Co. 15:58). Nuestro trabajo debe ser “en el Señor” y también
debe ser por amor a Su gran Nombre (Ap.2:3),
por causa de QUIÉN ES ÉL. AQUEL para quien trabajamos, es digno
de nuestro mayor esfuerzo y energía. ÉL merece nada menos que
lo mejor de nosotros. Si alguien trabajó, ese fue el Apóstol
Pablo mismo: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha
sido en vano para conmigo, antes he TRABAJADO más que todos ellos;
pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1 Co.15:10 y comparar Col.1:29;
2 Co.11:23). Este fue un TRABAJO motivado y capacitado por la gracia de Dios.
Nuestra motivación para trabajar también debería ser
el AMOR—amor por el Salvador y por los creyentes y por todos los hombres.
Dios no es injusto como para olvidar ese trabajo de amor (Hebreos 6:10).
Trifena y
Trifosa tenían nombres muy similares y quizás eran hermanas
(a veces los padres dan a sus hijos nombres que suenan parecidos o que en
alguna manera son similares (Ruth y Raquel, Maricarmen
y Marisol, etc.). El trabajo de Pérsida es descrito en tiempo pasado,
lo cual es inusual (el trabajo de las primeras dos mujeres es descrito en
tiempo presente). Hendricksen ofrece una posible explicación: “La distinción
en el tiempo del verbo, ¿indicaría que la fragilidad, relacionada
con la edad, había alcanzado a Pérsida, de modo que ya no estaba
en condiciones de trabajar tan diligentemente como antes? Si fuese así,
Pablo se preocupa de que su trabajo anterior no pase al olvido. Es una lección
que todos debemos recordar”. Pablo era cuidadoso al referirse a una santa
femenina. En el v.9, él se dirige a Estaquis (un hombre) como “amado
mío”, pero se refiere a Pérsida como “la amada”. Es importante
ser cuidadoso en estas cosas, no sea que un hombre dé la impresión
de ser demasiado familiar con una mujer.
Romanos 16:13 – Rufo y su madre
Es posible
que aquí Pablo esté enviando saludos al mismo “Rufo” que es
mencionado en Marcos 15:21, el hijo de Simón, el hombre que llevó
la cruz de nuestro Señor. El “Rufo” mencionado en Marcos 15:21 tenía
un hermano llamado Alejandro. Pablo describe a la madre de Rufo como “su madre
y la mía”. Había un sentido en que Pablo llamaba a la madre
de Rufo como su madre, recordándonos Marcos 10:29-30. Sin duda que
ella tuvo ocasión de cuidar de Pablo como si fuera su propio hijo.
Cuando somos salvos y llegamos a ser miembros de la familia de Dios (Juan
1:12), pronto descubrimos que tenemos muchos hermanos y hermanas y madres
y padres. Los hijos de Dios, comprados con sangre, tienen una relación
única unos con otros. “Que las madres cristianas encuentren aquí
un campo inmenso para desarrollar ese prodigioso corazón de instintivo
cuidado amoroso dado por Dios a las madres, para que extiendan su solicitud
maternal más allá del círculo de su propia familia, a
todos los cristianos y especialmente a todos los que trabajan por Cristo.
¡El Señor lo tendrá presente en Su venida! (Newell).
Todos los
creyentes son “escogidos en el Señor”. Todos somos los elegidos de
Dios (ver Col.3:12; Rom.8:33; 2 Ti.2:10; 1 Pedro 1:2; 2:9 donde se usa esta
misma palabra). Comparar también Efesios 1:4. Algunos piensan que este
término es usado aquí en un sentido especial, que significa
que Rufo era un creyente “selecto” (un creyente excepcional que tenía
alguna eminencia). Thayer dice que puede tener el significado de “preferente, selecto, es decir, lo mejor
de su clase, excelente, preeminente”.
Pero si Rufo era un creyente tan excepcional y preeminente, ¿por qué
es mencionado solamente aquí y en ninguna otra parte de las Escrituras?
(Aquila y Priscila, por ejemplo, son mencionados varias veces en el Nuevo
Testamento). De modo que es posible que Pablo usara la expresión “escogido
en el Señor” en su sentido normal y común. Quizás estaba
tratando de animar el corazón de Rufo recordándole el glorioso
hecho de su elección, un hecho que debiera provocar mucha gratitud
en el corazón de todo creyente (2 Ts.2:13). Quizás Rufo llegó
a ser salvo de una manera muy notable, habiendo sido una persona que parecía
poco probable que jamás viniera a Cristo. Todos conocemos personas
que, desde un punto de vista humano, parecen candidatos imposibles para ser
salvos: “¡Ese hombre nunca será salvo!” Pero Dios, que convirtió
a Saulo de Tarso, puede sorprendernos maravillosamente. “Rufo, no olvides
nunca la maravillosa obra de Dios de llamarte y escogerte y atraerte a Sí
Mismo. ¡Tu eres un trofeo de la gracia soberana y salvadora de Dios!”
Romanos 16:14-15 –Diez creyentes
Cinco creyentes
son saludados por nombre en el v.14 y se hace mención de los “hermanos
que están con ellos”. Cinco creyentes son mencionados en el v.15 como
también los “santos que están con ellos”. Ver nuestro comentario
en cuanto a las “iglesias hogareñas” bajo Romanos 16:5. Nereo puede
haber sido un instrumento en la salvación de dos Romanos
famosos. En el año 95 D.C. Roma estuvo conmocionada cuando dos distinguidos
ciudadanos Romanos fueron condenados a muerte por ser creyentes cristianos:
Flavio Clemente y su esposa Domatilla (ella era
la nieta de Vespasiano, un Emperador anterior y era la sobrina de Domiciano,
el Emperador reinante). Flavio fue ejecutado y su esposa fue exiliada a una
isla. Flavio y su mujer tenían un sirviente doméstico llamado
Nereo (ver v.15). Nereo era un nombre común, pero si el sirviente doméstico
de Flavio era el mismo hombre al cual se estaba refiriendo Pablo, entonces
es probable que Nereo tuviera influencia en la salvación de estas dos
personas eminentes.
Romanos 16:16 - El Ósculo Santo
En la iglesia
primitiva había un parentesco único entre los creyentes: “Saludaos
los unos a los otros con ósculo santo (beso santo)”. También
había una relación única entre las asambleas de creyentes:
“Las iglesias de Cristo os saludan”. Los creyentes tenían una relación
especial los unos con los otros y las asambleas tenían una relación
especial las unas con las otras, todo por causa de Jesucristo.
En el Nuevo
Testamento el término ÓSCULO es mencionado cinco veces en conexión
con saludos. Cuatro veces Pablo habla de “un ósculo santo” (Rom.16:16;
1 Co.16:20; 2 Co.13:12; 1 Ts. 5:26) y Pedro habla una vez de “un ósculo
de amor” (1 Pedro 5:14). El Señor Jesús habló de esta
costumbre cuando reprendió suavemente a Simón el Fariseo: “No
me diste beso” (Lucas 7:45). Cuando Pablo se despidió de los efesios,
ellos “echándose al cuello de Pablo, le besaban” (Hechos 20:37 y comparar
la bienvenida del hijo pródigo en Lucas 15:20). La costumbre era besar
en la frente o en la mejilla, no en los labios (no era en manera alguna un
beso sensual, erótico o romántico). Puesto que Pablo los exhortaba
a “saludarse” con este beso, ¿puede ser que el saludo se extendía
a todos los creyentes, y no sólo a los miembros del mismo sexo (comparar
Génesis 29:11, donde Jacob besó a Raquel, que no era un beso
romántico sino un beso afectuoso entre parientes)? Sin embargo, hay
algunos que piensan que esta costumbre solo se aplica a miembros del mismo
sexo – hombres besando a hombres y mujeres besando a mujeres (ver The Internacional Standard Bible
Encyclopedia, p.1814). Era un “beso santo”,
indicando que Dios estaba involucrado y que Dios se agradaba de esta tierna
y afectuosa demostración de amor entre creyentes: “nunca debería
afectar a menos que a tres partes: Dios y los dos que se están besando.
El beso santo simboliza el amor de Cristo compartido mutuamente” (Hendricksen).
En nuestra
sociedad y en la mayoría de las sociedades de hoy, un cálido
y afectuoso saludo se expresa de otras maneras que con un beso. Un cálido
y afectuoso “apretón de manos santo” sería ciertamente un sustituto
que honra a Dios, para lo que hacían los cristianos del primer siglo,
y si de “saludarnos unos a otros” se trata, no debe negarse la mano, aunque
sea ofrecida por un miembro del sexo opuesto. Somos hermanos y hermanas en
Cristo y debemos procurar amarnos unos a otros entrañablemente de CORAZÓN
PURO (1 Pedro 1:22).
Hay ocasiones
en que los creyentes tratan de obedecer la “letra de la ley”, y al hacerlo,
desobedecen el “espíritu de la ley”. Esto podría suceder con
el “beso santo”. Hay algunas iglesias en América que tratan de practicar
esta costumbre, pensando que es bíblica. Sin embargo, los que han sido
testigos de ésto, informan que tal saludo es cualquier cosa, menos
cálido y afectuoso.
Besar a otros
creyentes es tan extraño a nuestras costumbres, que hacemos los gestos
respectivos, pero pierden toda calidez y afecto. De modo que al guardar la
letra de la ley, hemos perdido el espíritu de la ley. Es mucho mejor
perder la letra de la ley reemplazando el beso por un cordial apretón
de manos y así cumplir con el espíritu de la ley (un saludo
cálido y afectuoso). Los creyentes que viven en países en los
cuales esta clase de beso se practica, están en mejores condiciones
para cumplir tanto con la letra como con el espíritu de la ley.
“Las iglesias
de Cristo” envían sus saludos a la iglesia de Cristo que está
en Roma. Las iglesias del primer siglo tenían un vínculo y una
unidad que ya no encontramos entre las iglesias hoy en día. Esto era
así, porque las iglesias del primer siglo tenían en común
lo siguiente:
IGUAL
ENSEÑANZA “como enseño en todas partes y en todas las iglesias” (1 Co.4:17)
IGUAL
PRÁCTICA “como el Señor llamó a cada uno,
así haga; esto ordeno en todas
las iglesias” (1 Co.7:17).
IGUAL
COSTUMBRE “pero si alguno quiere ser contencioso, nosotros
no tenemos tal costumbre, ni las iglesias
de Dios” (1 Co. 11:16).
IGUAL
ORDEN “Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz.
Como en todas las iglesias de los santos” (1 Co. 14:33).
Hoy hay un
grupo de Iglesias llamado “LA IGLESIA DE CRISTO” que asegura basar sus prácticas
y su doctrina solamente en la autoridad de las Escrituras del Nuevo Testamento.
Lamentablemente, este grupo de iglesias promueve serios errores en al menos
dos puntos: 1) Ellos enseñan la regeneración bautismal, que
una persona no puede ser salva y que no puede tener sus pecados perdonados
hasta que haya sido bautizada en agua; 2) Ellos enseñan que un creyente
en Cristo puede perder su salvación.
Romanos 16:17-18 - Un Llamado a la Separación
En este punto
del texto tenemos un abrupto quiebre en la corriente del pensamiento. Pablo
había estado dando una serie de saludos a los creyentes que vivían
en Roma. Luego, de pronto, él se detiene, como si recordara algo muy
urgente que tenía que compartir con estos creyentes, para su propia
seguridad y protección. Nos recuerda a Judas cuando está escribiendo
con toda diligencia sobre la común salvación, pero que repentinamente
cambia de tema, porque de improviso fue empujado a exhortar a la gente a contender
ardientemente por la fe que ha sido dada una vez a los santos y de guardarse
de los falsos maestros (Judas 3 y siguientes).
En estos
versículos Pablo expresa una advertencia y exhortación final
en cuanto a los falsos maestros, en los cuales él enuncia dos maneras
en que los creyentes pueden protegerse contra los falsos maestros. La primera
es por SEPARACIÓN (v.17) y la segunda
es por PENETRACIÓN (v.18).
SEPARACIÓN (Versículo 17)
La primera
manera en que podemos protegernos contra los falsos maestros es por SEPARACIÓN.
Este versículo está estructurado alrededor de dos mandamientos.
La separación bíblica sólo puede llevarse a cabo obedeciendo
estos dos mandamientos. El primer mandamiento es un mandato a identificar: FÍJENSE. Es imposible
separarse de un falso maestro si no sabes quién es. Tiene que ser identificado
por lo que realmente es. Este mandamiento es dado a los “hermanos” de Roma,
no solamente a los ancianos de Roma y no solamente a la directiva de esta
asamblea local. Cada creyente debe tener esta clase de discernimiento. Pablo
estaba diciendo, “Asegúrense de reconocerlos y de identificarlos. Tienen
que estar constantemente en guardia contra aquellos que pueden promover falsas
doctrinas” (compare la advertencia que Pablo dio a los ancianos de Efeso en
Hechos 20:29-31).
Luego Pablo
da alguna ayuda para identificar a esos falsos maestros, describiéndolos
como aquellos que “causan división y tropiezos”. Los que son fieles
a la Palabra de Dios y en buena manera de “mente estrecha” (la Biblia es un
libro muy estrecho, comparar Mateo 7:13-14), son acusados de ser DIVISIVOS.
“Ustedes, los separatistas, están siempre dividiendo el cuerpo de Cristo.
¿Por qué no son más amorosos y menos dogmáticos
en cuanto a lo que creen?” Etc. Pablo nos recuerda quienes son realmente los
que causan división: los
que van en contra de la doctrina que había sido transmitida. En otras
palabras, los que causan división son los que rehúsan permanecer
en obediencia y fidelidad a la Palabra escrita de Dios, desde Génesis
hasta Apocalipsis. Los que se apartan de ese seguro fundamento son los que,
desde la perspectiva de Dios, causan división. Ellos no deberían
haberse movido del sólido fundamento de la roca de la verdad.
Estos falsos
maestros causan divisiones y tropiezos contrarios a la doctrina
(enseñanza) que habían recibido los creyentes romanos. Esta
preposición para (contraria) se traduce normalmente
“a lo largo de”. El error trepa furtivamente alrededor de la verdad y camina
en paralelo a ella. El error siempre se mueve muy cerca de la verdad y, sin
embargo, no concuerda con la verdad. Se acerca a ella y es muy sutil. Pablo
esperaba que los creyentes romanos conocieran lo suficientemente bien la doctrina
como para discernir la verdad del error y fuesen así capaces de señalar
e identificar a los falsos maestros. Ellos necesitan ser muy expertos para
ver la diferencia entre lo que es falso y lo que es verdadero, aunque lo falso
y lo verdadero puedan parecer muy similares. Uno de los problemas en muchas
iglesias de hoy es que la gente no conoce suficiente doctrina como para poder
reconocer a la persona cuya enseñanza es contraria a la sana doctrina.
Una vez que
el falso maestro ha sido observado e identificado, ¿qué viene
luego? Esto nos lleva al segundo mandamiento para la separación: EVÍTALOS.
Esto significa literalmente, “apartarse de ellos”. Nótese que no debemos
apartarnos solamente de sus enseñanzas, sino de ellos. Alva McClain
lo dijo de esta manera, “Aléjate lo más posible de ellos”.
En cuanto
a los que enseñan falsa doctrina, nótese lo que el Nuevo Testamento
nos dice en otras partes:
Sea
anatema (Gálatas 1:8-9)
A
éstos evita (2 Timoteo 3:5)
Al
herético, después de una o dos admoniciones, deséchalo
(Tito 3:5)
Si
alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no lo recibáis… (2
Juan 10)
(Cada
uno de estos pasajes debe ser estudiado en su contexto para que cada mandamiento
pueda ser entendido correctamente y obedecido apropiadamente).
PENETRACIÓN (Versículo 18)
La penetración
demandada en el v.18 es doble. Primero, está la penetración
en sus motivos (“Porque los tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo,
sino a sus propios vientres”) y segundo, está la penetración
en sus métodos (“y con suaves palabras y lisonjas engañan los
corazones de los ingenuos”).
La penetración
en sus motivos: Debemos penetrar detrás
de su mera profesión. Ellos profesan servir a Cristo, pero Pablo penetró
en sus verdaderos motivos. El negó que ellos sirvieran a Cristo, sino
discernió que ellos servían más bien a sus propios vientres.
Esta era una manera muy fuerte de decir que ellos se estaban SIRVIENDO A SÍ
MISMOS. La palabra “vientre” viene de una palabra que significa “hueco” y
puede señalar toda la cavidad física (palabra que se usaba a
menudo en el Nuevo Testamento para matriz). En Juan 7:38 simboliza metafóricamente
la parte más interior del hombre (Vine). En Filipenses 3:18-19 Pablo
usó este término para describir a los enemigos de Cristo: “cuyo
dios es el vientre”. Hoy en día hay muchos que aseguran estar sirviendo
a Cristo, pero están en realidad esforzándose por ganancia personal
y fama. No les preocupa el Nombre y la reputación de Cristo. Ellos
están sirviendo y agradándose a SÍ MISMOS y no a Dios.
La penetración
en sus métodos: Ellos engañan los
corazones de los ingenuos (literalmente “sin malicia”, inocentes, los que
no sospechan). Estas víctimas son almas confiadas que no esperan nada
malo. ¿Cómo engañan estos falsos maestros a estos ingenuos?
Lo hacen con palabras suaves (palabras que parecen tan buenas, tan encomiables)
y lisonjas (lenguaje halagador). Los falsos maestros realmente saben como
comunicar. Es VENENO, pero servido en fuentes tan bellas. Ellos son conversadores
muy pulidos. Tienen el don de hacer que el error parezca tan bueno. Recordamos
las palabras de la serpiente en Génesis 3 que le parecieron tan buenas
a Eva. Necesitamos penetrar y mirar más allá de su pulido y
adulador lenguaje y discernir el silbido de la serpiente. Tales personas deben
ser indicadas y evitadas.
Romanos 16:19
Después
de dar una seria advertencia contra los falsos maestros no regenerados, Pablo
amonesta a los romanos en cuanto a su responsabilidad hacia el bien y el mal.
El destaca primero su fidelidad (ellos no habían sucumbido ante la
enseñanza falsa): “vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos”.
Ya hemos visto que los romanos eran famosos por su fe (Romanos 1:8). Donde
hay fe, también habrá obediencia: “por fe Abraham….obedeció”
(Hebreos 11:8). El mejor antídoto contra la enseñanza falsa
es obedecer simplemente la Palabra de Dios (comparar Rom.6:17). Su obediencia
causaba que Pablo estuviera contento y se gozara sobre ellos (comparar con
el regocijo del apóstol Juan sobre los creyentes obedientes en 3 Juan
3-4). Los creyentes Romanos ocupaban un lugar crucial y estratégico
en el corazón del imperio y sería trágico que su fe se
corrompiera. Históricamente sabemos que con el tiempo esto sucedió.
El sistema religioso más corrupto e influyente que jamás se
desarrollara desde el cristianismo lleva el nombre “Romano”- la
iglesia Católica romana.
El sincero
deseo de Pablo para esos creyentes era que ellos fuesen “sabios para el bien
e ingenuos para el mal”. Ser sabio para el bien comprende “el constante estudio de la Palabra de
verdad de Dios, y la cuidadosa observación y valoración de lo
que es bueno en las vidas que nos rodean y en las vidas y obras que leemos.
Pablo resume la idea en Filipenses 4:8” (Newell). Dios quiere que seamos estudiantes
esmerados cuando se trata de lo que es bueno, quién es bueno y cómo
ser bueno. Debemos estar comprobando constantemente cual sea esa buena voluntad
de Dios (Rom.12:2), siguiendo siempre lo bueno (1 Ts.5.15; 1 Pedro 3:13),
evitando siempre lo que no es bueno (1 Pedro 3:11) y abundando siempre en
toda buena obra (2 Co. 9:8; Ef.2:10; 2 Ts.2:17; 2 Ti.3:17; Tito 3:1) llevando
fruto en toda buena obra (Col.1:10).
Ser “ingenuo
para el mal” tiene que significar, en cierto sentido, lo opuesto a “ser sabio
para el bien”. No debemos ser sabios para el mal. Debemos ser ingenuos (inocentes,
ignorantes) para el mal, en un buen sentido. No debemos inspeccionar el mal,
en el sentido de ir y averiguar por experiencia y por investigaciones personales
cuán podrido ha llegado a ser el sistema del mundo. Cuando se trata
de conocimiento y entendimiento, debemos ser maduros y no como niños,
pero cuando se trata de la malicia y maldad, debemos ser muy inmaduros e ignorantes
(1 Co. 14:20). Cuando hay un programa
de televisión corrupto, el creyente no necesita verlo para descubrir
por sí mismo lo malo que es, para poder advertir a otros. “Muchos cristianos
razonan que ven películas y programas de televisión degradantes,
porque dicen que deben estar familiarizados con los caminos del mundo para
poder analizar mejor la cultura secular y estar mejor preparados para testificar
a los mundanos. Pero no es necesario escarbar la basura para reconocerla por
lo que es, y mientras más andamos alrededor de ella, tanto más
se nos adhiere su hediondez. Mientras más estemos dispuestos a asociarnos
con el mal, tanto más nos rebajará a su nivel” (MacArthur).
Debemos “aborrecer lo malo” (Rom.12:9) y esquivarlo con horror y no tratar
de acercarnos lo suficiente como para investigarlo. Como pecadores salvos
por gracia, ya hemos estado lo suficientemente cerca del pecado. Nuestro objetivo
ahora es alejarnos de él no más posible, “aborreciendo aun la
ropa contaminada con su carne” (Judas 23).
La palabra
“ingenuo” significa literalmente “sin mezcla, sencillo”. Viene de un verbo
que significa “mezclar, combinar, mezclar vino y agua” con el prefijo negativo,
de modo que “no mezclado, separado”. Significa sin “entremezclar el mal, libre
de engaño, inocente, sencillo” (Thayer).
Se usaba para vino no diluido con agua (vino puro) y de metal que no ha sido
amortiguado (metal puro). Se usa en otros dos lugares en el Nuevo Testamento
– 1) Filipenses 2:15, “para que seáis irreprensibles y sencillos hijos de Dios….en medio de una generación
maligna y perversa”. 2) Mateo 10:16 –“sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas” (nótese
que aquí, tal como en Rom.16:19, la palabra se contrasta con la palabra
“sabio”). En las Escrituras, la “paloma” parece ser un símbolo de pureza.
Se usa en Cantar de los Cantares 6:9 como término paralelo a “inmaculado”
y es un símbolo del Espíritu Santo en Mateo 3:16.
Romanos 16:20
En este versículo
se da al creyente esa maravillosa promesa de que nuestra lucha con Satanás
llegará pronto a su completo y total final, con Satanás totalmente
vencido y con la gloriosa victoria que comparten los santos de Dios. Dios
es el “Dios de paz” en el sentido de que ÉL solamente puede poner fin
a la guerra con Satanás, lo cual resultará en paz para los santos
(“paz” en el sentido de acabar con la guerra, libre de conflicto). Obviamente,
el pueblo de Dios disfruta ahora de la paz de Dios (Juan 14:27), pero a la
luz de la promesa de este versículo, Pablo estaba pensando probablemente
en la paz final que el creyente tendrá con la derrota de Satanás.
Esta promesa
se refiere directamente a Génesis 3:15, donde se nos dice que la simiente
de la mujer (Cristo) heriría o aplastaría la cabeza de la serpiente
(un golpe fatal), y que Satanás heriría o golpearía el
calcañar de Cristo (la cruz del Calvario). Dios infligirá un
aplastante golpe al archienemigo de nuestras almas, y nosotros participaremos
de la victoria de Dios sobre Satanás. Los que son “coherederos” (Rom.8:17)
también son “co-conquistadores”. El será
aplastado “bajo vuestros pies”. Cuando los israelitas conquistaban a reyes
enemigos, ellos simbolizaban su gran victoria poniendo sus pies sobre sus
cuellos (Josué 10:24). Dios invita a Sus santos a celebrar Su victoria
sobre Satanás.
¿Cuándo
tendrá lugar esta gran derrota de Satanás? Sucederá “en
breve, rápido, repentino, pronto”. Los creyentes son animados por el
hecho de que la lucha, aunque difícil, no será larga. Podemos
esperar que sea pronto. El tiempo de Satanás es corto y su derrota
es segura.
Proféticamente
sabemos que, a la mitad de la tribulación, Satanás será
echado fuera del tercer cielo y que ejecutará su furia sobre la tierra,
sabiendo que su tiempo es corto (Ap.12:12). Sabe que su destino está
sellado. Tres años y medio después, será lanzado al abismo
y en ese tiempo estará literalmente “bajo los pies” de los santos del
milenio. Su último y final destino se describe en Apocalipsis 20:10
(y comparar Mateo 25:41).
Cuando Pablo
escribió a los Romanos, Satanás, aunque derrotado en el Calvario,
era aún un enemigo formidable
y activo, tal como también lo es hoy (1 Pedro 5:8-9; 1 Juan 4:4). Los
creyentes del primer siglo, tal como los creyentes de hoy, están esperando
ansiosamente el inminente regreso de Cristo (Tito 2:13; Rom.13:11; 1 Co.1:7;
etc.). Sabemos que una vez que suceda este evento (lo que puede ser en cualquier
momento), la derrota de Satanás seguirá prontamente. Es desde
la perspectiva de la inminencia que podemos hablar de la derrota de Satanás
como “pronto”. Los creyentes de cualquier período de la historia de
la iglesia deberían animarse con el hecho del pronto regreso de Cristo
y de la pronta derrota de Satanás.
Esta frase
griega “pronto” o “en breve” también se encuentra en Apocalipsis 1:1
y 22:6—“las cosas que deben suceder pronto”. Hay quienes piensan hoy que
el período de la tribulación no es futuro, sino que ya se ha cumplido
en la historia o alrededor del tiempo de la destrucción de Jerusalén
en el año 70 D.C. Ellos creen que la mayor parte de la profecía,
incluso la mayoría de lo que se ha predicho en el libro de Apocalipsis,
se cumplió en ese tiempo. Puesto que dice, “las cosas que han de suceder
pronto”, ellos razonan que todas estas cosas tienen que haber sucedido en
el primer siglo. Pero Romanos 16:20 sirve como argumento en contra de tal
pensamiento. Obviamente, Satanás es un enemigo activo y peligroso en
el día de hoy, y que aun no ha recibido su golpe aplastante y destructivo,
aun cuando Pablo prometió hace como 2000 años que esto sucedería
pronto. Sin embargo, desde la perspectiva de los creyentes de entonces y de
ahora, puede anticiparse que este evento tendrá lugar “en breve”.
Escribí
a Gary DeMar, un prominente autor,
anti-dispensacionalista y defensor del punto de vista que
dice que la mayoría de las profecías se cumplieron en el pasado
o alrededor del año 70 D.C. Le pregunté simplemente cuando sería
aplastado Satanás a la luz de Romanos 16:20. También le pregunté
si él pensaba que esto ya había sucedido en el año 70
D.C. Aquí está su respuesta:
La
principal referencia son los cristianos Romanos a quienes Pablo estaba escribiendo
(“vuestros pies” no “sus pies”, es decir, no los pies de la gente
que no estaba viva cuando Pablo escribió esta carta). El aplastamiento
debía suceder “en breve”. “En breve” significa “en breve”. Puesto que
ya han transcurrido como 2000 años, lo que sea que Pablo estuviese
describiendo, es historia. Satanás se podría referir a los judíos
apóstatas que en Apocalipsis se describen como una “sinagoga de Satanás”
(Ap. 2:9; 3:9), los mismos que Jesús describe como relacionados con
el diablo en Juan 8:44 (“vosotros sois de vuestro padre el diablo”). Los judíos
fueron quienes “mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas
y nos expulsaron”, escribe Pablo. “Ellos no agradan a Dios, y se oponen a
todos los hombres, impidiéndoles hablar a los gentiles para que estos
se salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues
vino sobre ellos ira hasta el extremo”
(1 Ts.2:14-16). Esta “ira” puede haber sido la metáfora del aplastamiento
a la que Pablo se refiere (21.05.01)
Nótese
que DeMar, al tratar de interpretar “en breve” literalmente,
está obligado a interpretar el versículo en una forma no-literal.
El dice que “en breve” significa “en breve”, pero luego sigue explicando que
Satanás realmente no significa Satanás, sino que es una mera
metáfora de los judíos incrédulos que serán aplastados
en el año 70 D.C. Esto es típico de la posición preterista.
Al insistir en que la mayoría de las profecías encontraron su
cumplimiento en el primer siglo, se ven forzados a entender la mayoría
de las profecías de una manera muy no literal.
Romanos 16:21-24
En la primera
parte de este capítulo Pablo envía sus saludos personales a
varios santos en Roma. En esta sección, comenzando con el v.21, Pablo
transmite a los romanos los saludos de sus compañeros que estaban con
él en Corinto. El libro de Romanos fue escrito
en Corinto hacia el final del tercer viaje misionero de Pablo.
Pablo menciona
a su fiel colaborador Timoteo, su propio hijo en la fe (ver Filipenses 2:19-20;
1 Timoteo 1:2). Pablo tenía un especial afecto por Timoteo, aun hasta
el final de su vida. Entre sus últimas palabras registradas, Pablo
manifestó dos veces su deseo de ver nuevamente a Timoteo (2 Timoteo
4:9, 21). Lucio es probablemente el mismo hombre mencionado en Hechos 13:1,
entre los profetas y maestros de la gran iglesia de Antioquia. Algunos identifican
a Lucio con Lucas (MacArthur). Jasón podría ser el mismo hombre
mencionado en Hechos 17:5-9 que hospedó a Pablo y a Silas y cuya casa
fue asaltada por una turba. Sosípater puede ser el mismo hombre llamado Sópater en Hechos 20:4-6, y si así fuera, él
era una de los nobles Bereanos de Hechos 17:10-12.
Se dice de los últimos tres nombres mencionados en el versículo
21 que eran parientes de Pablo, indicando que eran judíos (ver nuestro
análisis de “parientes” bajo Romanos 16:7), lo cual es otra razón
para no identificar a Lucio con Lucas (Lucas era un gentil).
El versículo
22 es el versículo en el libro de Romanos
que Pablo no escribió. Tercio era el secretario o amanuense (un asistente,
uno que toma el dictado) de Pablo. Pablo habló tal como fue movido
y llevado por el Espíritu Santo (comparar 2 Pedro 1:21) y Tercio registró
o transcribió con exactitud lo que dijo. Pero aquí, Pablo permitió
a Tercio hablar por sí mismo y enviar saludos a los romanos. Aparentemente,
Pablo por lo general dictaba sus cartas, quizás debido a un problema
a la vista que le obligaba a escribir con letras grandes, si es que escribía
(Gálatas 6:11). Al final de sus cartas, Pablo escribiría un
saludo de su propia mano, lo que era una señal de la autenticidad de
sus cartas (ver 2 Tesalonicenses 3:17 y Gálatas 6:11). El saludaba
a los creyentes “en el Señor”, en la Persona de nuestra bendita Cabeza,
el único que puede unir a los creyentes.
Gayo (v.23)
era conocido por su hospitalidad y no solo hospedaba a Pablo, sino a toda
la asamblea. “Aquí tenemos un hermano cuya hospitalidad recibió
con los brazos abiertos a todos los santos. Hermano, si anhelas ser útil
a los santos de Dios, ¡sé un Gayo! No cuentes las cosas que posees
como propias, sino como de la pertenencia de Cristo, y, por lo tanto, que
los que son de Cristo las usen liberalmente” (Newell). El es probablemente
el mismo hombre mencionado en 1 Corintios 1:14, a quien Pablo bautizó
(Pablo escribió Romanos desde Corinto). Algunos lo identifican con
Justo de Hechos 18:7. Se piensa que Gayo era un hombre rico y prominente y
como tal él puede haber tenido una casa espaciosa, apta para reunir
a los santos para la adoración.
Erasto (v.23)
era el chambelán o tesorero de la ciudad de Corinto. Es la palabra
“oikonomos” (comparar
con la palabra “economía”) que significa “administrador, mayordomo”
o, en este caso, “superintendente de las finanzas de la ciudad”. Nosotros
derivamos el término “dispensación” de esta palabra. Erasto,
en más de una manera, era un dispensacionalista. El estaba encargado
de las finanzas de la ciudad y, más importante, como creyente, él
estaba encargado de la responsabilidad de manifestar y exhibir la gracia de
Dios (Efesios 3:2). Erasto era un hombre de elevada posición y tenía
influenza política, y como tal, él tenía la oportunidad
de ser un excelente testimonio ante los dirigentes de la ciudad. Que nosotros
brillemos para Cristo dondequiera Dios nos haya colocado, sea alto o bajo
(Filipenses 2:15).
Cuarto (v.23)
puede no haber sido una persona prominente, pero él era un hermano
amado en Cristo y Pablo envió sinceros saludos de Cuarto a los Romanos.
Cuán agradecidos debemos estar que Cristo no se avergüenza de
llamarnos “hermanos” (Hebreos 2:11). Cuarto fue el último de los compañeros
de Pablo que envió saludos.
En el v.24
Pablo da la bendición final, muy similar a lo que está escrito
en el v.20. Algunos manuscritos omiten este versículo. Escribir dos
bendiciones seguidas no era ajeno al estilo de Pablo (ver 2 Tesalonicenses
3:16, 18). El creyente en Cristo no puede ser recordado demasiadas veces de
su necesidad del Dios de gracia y de la gracia de Dios (comparar 2 Co.9:8;
2 Ti.2:1).
Romanos 16:25-27
(bendiciones finales)
Hay varias
similitudes entre estos versículos y los versículos introductorios
de Romanos capítulo 1.
Considere
lo siguiente:
|
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|
“no me
avergüenzo del evangelio” –v.16 |
|
“el evangelio
de Cristo”—v.16 |
|
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|
|
|
El último
de éstos (que está en negritas) es en verdad un contraste. En
el capítulo 1 Pablo habla acerca del evangelio de Dios que había
sido prometido antes por los profetas en el Antiguo Testamento, pero en el
capítulo 16, Pablo, hablando del evangelio, menciona un misterio que
se había mantenido oculto, pero que ahora es revelado por los profetas
del Nuevo Testamento. Hay un sentido en el cual el evangelio es tanto antiguo
como nuevo. Hay un aspecto del evangelio que es antiguo y que fue revelado
en las páginas de las Escrituras del Antiguo Testamento. Hay otro aspecto
del evangelio que es nuevo y que había sido mantenido en secreto durante
el período del Antiguo Testamento, pero que fue dado a conocer durante
la edad presente por Pablo y por otros profetas y apóstoles del Nuevo
Testamento.
El
Evangelio Antiguo
El mensaje
del evangelio se centra alrededor de la Persona y la obra de Cristo, especialmente
Su muerte sustitutiva y Su resurrección corporal de la muerte. Pablo
define más claramente el evangelio en 1 Corintios 15:1-4, donde dice
“Cristo murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras….y resucitó
al tercer día conforme a las Escrituras”. La cruz y la tumba vacía no
tienen que ser predicadas conforme a nuestras ideas y opiniones, sino estrictamente
en conformidad y en concordancia con lo que ha sido revelado acerca de estos
tremendos eventos en las Escrituras, para ser exactos, en las Escrituras del
Antiguo Testamento. Por ejemplo, la explicación más descriptiva
y la información más detallada de la muerte sustitutiva de Cristo
es dada en Isaías 53, como 700 años
antes de que Cristo fuera crucificado. Aún en el Nuevo Testamento es
difícil encontrar la doctrina de la muerte sustitutiva de Cristo tan
minuciosamente presentada como en Isaías 53 (los escritores del Nuevo
Testamento asumen que ya has dominado lo que Dios ha dicho por medio del profeta
Isaías). La prueba de que las grandes verdades de la muerte y resurrección
de Cristo fueron reveladas en el Antiguo Testamento se puede encontrar en
las palabras de nuestro Señor resucitado en Lucas 24:44-46.
Cuando Felipe
predicó el evangelio al etíope, el usó Isaías
53 como punto de partida (Hechos 8:28-35). En Hechos 2:24-32 Pedro predicó
la resurrección de Cristo y usó el Salmo 16 como base de su
mensaje. En Hechos 3:18 Pedro predicó el evangelio y anunció
que los sufrimientos de Cristo habían sido predichos por boca de todos
los profetas de Dios. En Hechos 4:10-11 Pedro predicó la muerte y resurrección
de Cristo y la basó en el Salmo 118. En Hechos 10:43 Pedro proclamó
que todos los profetas han señalado hacia Jesucristo y el perdón
que se encuentra en ÉL. En Hechos 13:33-37 Pablo predicó el
evangelio en una sinagoga y dijo a los judíos que la resurrección
de Cristo era el cumplimiento del Salmo 2 y del Salmo 16.
En Romanos, el tema principal de Pablo es la justificación
por fe y Pablo pone a Abraham como ejemplo de ésto, basado en Génesis
15:6 (Rom.4:1-8). La revelación de la justicia de Dios fue testificada
por la ley y por los profetas (Rom.3:21). En Romanos 10 Pablo analiza el evangelio
de la gracia de Dios y cita varios pasajes del Antiguo Testamento para establecer
sus puntos (ver versículos 6,7,11,13,15,16,18).
En Romanos 15 Pablo cita varios pasajes del Antiguo Testamento que armonizan
con el hecho de que el evangelio llegaría a los gentiles (versículos
9-12, 21).
En Gálatas,
Pablo usa nuevamente a Abraham como ejemplo de justificación por la
fe (3:6) y Pablo incluso llega tan lejos como para decir que la promesa de
Génesis 12:3 fue dada por Dios, porque Dios previó que los gentiles
serían bendecidos y justificados por fe (Gálatas 3:8). En este
mismo contexto, Pablo dice que Dios “dio de antemano la nueva a Abraham” (Gálatas
3:8). Pablo cita a Habacuc 2:4 para respaldar su doctrina de la justificación
por fe (3:11).
El evangelio
que predicaba Pablo era “conforme a las Escrituras (del Antiguo Testamento)”
(1 Co.15:3-4). Los temas básicos de la cruz y de la tumba vacía
y de la justificación por fe se encuentran en el Antiguo Testamento.
No había ningún misterio en esto.
El
Evangelio Nuevo
Hoy hay un
aspecto de “misterio” en el evangelio que era desconocido en otras edades,
pero que ahora, en esta edad, forma el verdadero núcleo de la predicación
del evangelio:
Misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos
de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas
por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo
cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio
del evangelio….. me fue dada esta gracia de anunciar
entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, (Efesios
3:5-8).
En esta edad, por lo tanto, hay un elemento distintivo en el contenido
del evangelio que es llamado “el misterio del evangelio” (ver Efesios 6:19
y comparar Colosenses 1:26-27; 4:3). Esta nueva revelación es que los
gentiles son coherederos y co-miembros del cuerpo
y copartícipes de la promesa (Efesios 3:6). Esa igualdad –judíos
y gentiles unidos en un cuerpo- era desconocida anteriormente. El mensaje
distintivo de la iglesia es que tanto judíos como gentiles pueden creer
el evangelio y estar unidos en UN CUERPO (1 Co.12:13) con el propósito
de manifestar y dar testimonio de Cristo, quien es la Cabeza soberana de este
organismo vivo y único.
Los escritores dispensacionalistas han reconocido hace tiempo el
elemento distintivo de la predicación del evangelio en esta era de
la iglesia:
La idea de que los gentiles estarían exactamente en el mismo
plano como los israelitas y, además, en íntima relación
como miembros del mismo cuerpo, es absolutamente ajena al Antiguo Testamento.
De acuerdo con Isaías 61:5, 6, los gentiles eran representados como
siendo los siervos e Israel como los sacerdotes de Dios. Aunque es cierto
que a los gentiles fueron prometidas bendiciones en el futuro reino milenial,
nunca se les daba igualdad con los judíos en el Antiguo Testamento
(Walwoord, La Iglesia en la Profecía).
El Antiguo Testamento ciertamente predice la bendición de
los gentiles para el período milenial (Is.61:5-6; 2:1-4), pero las
bendiciones específicas no incluyen igualdad con los judíos
como ocurre en el cuerpo de Cristo hoy. Grandes bendiciones se prometen a
los gentiles en las predicciones del Antiguo Testamento, pero no a base de
igualdad de posición con los judíos. Esta igualdad es la esencia
del misterio revelado a los apóstoles y profetas en tiempos del Nuevo
Testamento (Ryrie, Dispensacionalismo Hoy, p. 125).
La verdad del misterio no es desarrollada tanto en Romanos como es
desarrollada en Efesios y Colosenses, pero la epístola a los Romanos
alude a algunas de estas cosas. La singularidad de estar en el cuerpo de Cristo
es tratada en Romanos 12 y la singular UNIDAD e IDENTIFICACIÓN con
Cristo, que disfrutan tanto judíos como gentiles en virtud de estar
“en Cristo”, es tratada admirablemente en Romanos 6. El precioso y glorioso
misterio de “Cristo en vosotros” (Col. 1:26-27) es esbozado en Romanos 8:9-10.
La unión del creyente con Cristo, que es comparada con una relación
matrimonial (Efesios 5:29-32) es presentada en Romanos 7:1-4. Las muchas riquezas
que judíos y gentiles comparten por igual en Cristo, son expuestas
maravillosamente en Romanos 8. El misterio del endurecimiento parcial y temporal
de Israel es referido en Romanos 11:25. En verdad, Romanos nos ayuda a entender,
más que cualquier otra epístola, el propósito y programa
de Dios para Israel a la luz de lo que Dios está haciendo hoy entre
los gentiles y a la luz de lo que Dios hará en el futuro (Romanos 9-11).
De modo que el libro de Romanos contribuye de manera
significativa a nuestro entendimiento de la verdad del misterio. ¡Qué
Dios nos ayude a ser buenos y fieles administradores de estas cosas (1 Co.4:1-2)!
Consideremos algunas de las palabras y frases clave de estos tres
versículos finales:
Romanos 16:25
“Para confirmaros” significa hacerte firme
y constante, guardarte de caer. Dios tiene todo el poder y la habilidad para
establecer a los creyentes en la verdad, que nuestra FE esté asentada
en los HECHOS de Dios. Los creyentes que no están bien versados en
las verdades expuestas en el libro de Romanos, están
en terreno peligroso y son susceptibles a muchos graves errores. Pero aquellos
creyentes que han dominado la obra doctrinal maestra de Pablo, se han fortalecido
en estas grandes verdades fundamentales y es difícil lograr que se
muevan o desvíen del sólido fundamento sobre el cual se han
establecido. Como caso en cuestión, el compañerismo de Iglesias
Bíblicas, del cual yo formaba parte, fue dañado profundamente
por una falsa enseñanza que negaba la Eterna Filiación de Cristo
(enseñando, por el contrario, que Cristo llegó a ser el Hijo
de Dios en el momento de la encarnación). Este error es tan simple
y claramente respondido y refutado en Romanos 1:3-4 (en la encarnación,
Aquel que ya era Hijo, llegó a ser hombre “del linaje de David según
la carne”, en tanto que el punto de vista erróneo enseña que
en la encarnación el Dios eterno llegó a ser el Hijo). Esto
es solo un ejemplo de cómo un correcto entendimiento de la enseñanza
expuesta en Romanos puede establecer a los creyentes
en la verdad y guardarlos de caer en el error.
Los creyentes no pueden ser establecidos plenamente en la verdad
sin un entendimiento apropiado del “misterio dispensacional” que es el tema
de este párrafo final. Es triste, en verdad, que los creyentes, en
general, sean tan ignorantes de estos Sagrados Secretos que eran tan apreciados
por el corazón del apóstol Pablo. Hay un conjunto de verdades
que había estado oculto y guardado en el amante corazón de Dios
durante las edades pasadas, pero que en esta presente edad, Dios quiere dar
a conocer a Sus santos. Sin embargo, la ignorancia del “misterio” en nuestro
día es asombrosa. En los consejos de ordenación se ha hecho
la pregunta, “¿Qué significa ser un administrador de los misterios
de Dios (1 Co. 4:1-2) y cuán importante es ésto para su ministerio?”
En algunos casos no tienen idea. Cuán ignorantes somos cuando se trata
de entender las riquezas y las glorias de este misterio que Dios se deleita
en dar a conocer (Col. 1:27). La gran carga de Pablo era predicar entre los
gentiles las inescrutables riquezas de Cristo y de aclarar
a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde
los siglos en Dios, que creó todas
las cosas” (Efesios 3:8-9). ¡Que apreciemos también nosotros
estas cosas!
“Según mi evangelio”
– la expresión “mi evangelio” se encuentra solamente en otros dos lugares
en la Biblia: 1) Romanos 2:16
– “En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos
de los hombres, conforme a mi evangelio”;
2) 2 Timoteo 2:8 – “Acuérdate
de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio”. Cuando Pablo hablaba
de “mi evangelio” no se estaba refiriendo necesariamente al “misterio”, como
lo indica este último pasaje. Que el Mesías sería de
la simiente de David y que resucitaría de los muertos eran verdades
que fueron reveladas en el Antiguo Testamento y no eran misterios.
¿Qué quería decir Pablo con “mi evangelio”?
¿En qué sentido pertenecía el evangelio a Pablo? Recuerda,
en Romanos 1:1 Pablo había dejado muy en claro que las buenas nuevas
que predicaba eran “el evangelio de Dios”. Eran las buenas nuevas de Dios.
¿En qué sentido eran las buenas nuevas de Pablo? Hay al menos
dos razones por las cuales Pablo personalizaba las buenas nuevas: 1) Era
el evangelio de Pablo en el sentido de que había sido confiado a él:
“El glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado”
(1 Ti.1:11). “La comisión (dispensación, mayordomía)
del evangelio me ha sido encomendada….porque me fue impuesta necesidad; ¡y
hay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Co.9:17,16). Pablo tomaba
muy en serio su responsabilidad en cuanto al evangelio. 2) Era el evangelio de Pablo en el sentido de
que había sido revelado únicamente a él: “El evangelio
anunciado por mí no es según hombre; pues yo no lo recibí
ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”
(Gálatas 1:11-12). “Mi evangelio…..según la revelación
del misterio” (Romanos 16:25-26). “Subí según una revelación,
y les expuse el evangelio que predico entre los gentiles” (Gálatas
2:2). “Por revelación me fue declarado el misterio” (Efesios 3:3 y
comparar v.6— “por medio del evangelio”).
Las buenas nuevas de Pablo incluían el misterio: “a fin de
que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el
misterio del evangelio” (Efesios 6:19). En vista de ésto, hay dos errores
ultradispensacionalistas que deben evitarse: 1) Pablo fue la única persona que
recibió la revelación del misterio. Este error es corregido
por Efesios 3:5 que enseña que el misterio es revelado a los santos
apóstoles y profetas de Dios. Sin duda, Pablo era el principal revelador
del misterio, pero no fue dado exclusivamente a él. El no fue el único
administrador de los misterios de Dios (1 Co.4:1-2). 2) El
misterio no fue dado a conocer hasta que
Pablo lo reveló. Los misterios de Dios son revelados en toda la
plenitud de su hermosura en las epístolas de Pablo, pero Pablo no fue
el primero en revelar estos secretos.
Debería notarse que el misterio había sido revelado,
al menos en forma embrionaria, por el Revelador principal, nuestro Señor
Jesucristo. Esto se ve especialmente en los misterios de Mateo 13 y en el
Discurso del Aposento Alto de Juan 14-17. Aquí hay algunos ejemplos:
Lewis Sperry Chafer también descubrió una significativa correspondencia
entre los “misterios del reino de los cielos” como están delineados
en Mateo 13 y los misterios revelados por Pablo en las epístolas del
Nuevo Testamento:
En Mateo 13 están dadas, por Cristo Mismo y bajo siete parábolas,
las características de la presente edad. En esta Escritura, esta edad
misma es declarada un misterio o un secreto sagrado (Mateo 13:11), y las parábolas
desarrollan la verdad de que hay tres aspectos principales presentes durante
esta edad, es decir, (a) lo que es aceptable – el trigo, la perla, y los peces
buenos; (b) lo que representa a Israel enceguecido (vs.14-15), que es el tesoro
escondido en el campo – el campo es el mundo- y (c) la presencia del mal-
la cizaña, las aves malas, levadura y peces malos. Debería observarse
que en el Nuevo Testamento, cada uno de estos tres factores mismos es declarado
ser un misterio o un secreto sagrado: (a) la Iglesia compuesta de Judíos
y Gentiles en un cuerpo (Ef.3:4-6), (b) Israel enceguecido hasta que la Iglesia
haya sido llamada (Rom. 11:25; cf. Hechos 15:13-18), y (c) la presencia y
la característica del mal en esta edad (2 Ts.2:7). Ver Teología Sistemática, vol.IV.
Como ya se ha dicho, los ultradispensacionalistas enseñan
que el misterio no había sido revelado antes de Pablo y que fue revelado
exclusivamente a Pablo. El Dr. Ernest Pickering responde lo siguiente: “Decir que verdad relativa
a la iglesia nunca fue revelada antes de Pablo, es negar los pasajes de las
Escrituras donde el Señor Mismo enseñó esa verdad. El
Discurso del Aposento Alto (Juan 13-17) es ciertamente aplicable [específica
y exclusivamente] a la iglesia. La bendita posición de los santos en
Cristo, el acceso en oración, el ministerio del Espíritu Santo,
el rapto de la iglesia—todo esto y más es enseñado en el Discurso
del Aposento Alto” (Distinctive Teachings of Ultra-Dispensationalism).
“Y la predicación
de Jesucristo” (Rom.16:25). El evangelio de Pablo se centraba en la Persona del
Señor Jesucristo. El no solo predicaba a Cristo (2 Co.4:5) sino que
se regocijaba cuando otros predicaban a Cristo (Fil.1:18). Pablo puso en claro,
desde el comienzo de esta epístola, que Jesucristo, el eterno Hijo
de Dios, era el centro y corazón de su evangelio (Rom.1:1-4). Y cuando
Pablo predicaba el misterio del evangelio entre los gentiles, él no
cesaba de predicar entre ellos las inescrutables riquezas de Cristo (Ef.3:8).
Solo cuando estamos separados para y dedicados a la Persona del Señor
Jesucristo, podemos estar separados y dedicados al evangelio (Rom.1:1).
“Según la revelación
del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos” – Este
misterio, que había estado oculto, ahora es revelado. Ya no es un secreto.
Lo que estaba escondido, ahora es dado a conocer. “Es el secreto “silenciado”
durante las largas edades del pasado, pero que ahora es dado a conocer” (Moule). La frase “desde el principio del mundo” es literalmente
traducido “desde los tiempos de las edades” (Darby) o “desde tiempos eternos
(Kelly). Es el misterio que ha estado escondido desde edades y desde generaciones
(Col.1:26).
Hay cinco pasajes que definen claramente lo que es un misterio en
el Nuevo Testamento. Son los siguientes:
De acuerdo con esta definición
basada en la Biblia, los dispensacionalistas han mantenido la posición
de que un misterio en el Nuevo Testamento es algo que nunca se había
revelado en generaciones anteriores (en el período del Antiguo Testamento),
pero que Dios tuvo a bien revelar en los tiempos de Pablo. Como ya se ha esbozado,
esos misterios fueron dados a conocer primero por Cristo (parcialmente) y
luego por Su apóstol Pablo (totalmente). Contrario a esta posición
es la Teología Reformada (Teología del Pacto), que dice que
los misterios del Nuevo Testamento fueron revelados en tiempos del Antiguo
Testamento, pero que no fueron entendidos tan claramente como hoy día.
Ellos enseñan que esos misterios no estaban del todo ausentes del Antiguo
Testamento. De modo que ellos enseñan que los misterios fueron revelados
parcialmente, pero que no fueron entendidos hasta más tarde. Sin embargo,
esto es contrario a los cinco pasajes indicados anteriormente. Estos versículos
no dicen que el misterio hubiese sido dado a conocer parcialmente, sino que
no había sido dado a conocer en absoluto. Estaba oculto y guardado
en secreto y encerrado en el amante corazón de Dios.
Ilustremos esto con un ejemplo específico. En 1 Corintios
15:51-52 Pablo dio a conocer un misterio que había estado escondido
en tiempos anteriores. El secreto que él reveló es que habría
toda una generación de creyentes vivos que no gustarían la muerte
física. El Antiguo Testamento no dice nada, en ninguna parte, acerca
de un evento tal. Moisés, Elías, David e Isaías nunca
tuvieron la más mínima indicación de que tal cosa sucedería
algún día. Esto estaba totalmente oculto para ellos y no se
podía encontrar en sus santas Escrituras. Dios nunca dijo una palabra
de ésto hasta los tiempos del Nuevo Testamento, cuando fue insinuado
por nuestro Señor (Juan 14:1-3) y explicado totalmente por Pablo (1
Co.15:51-52 y 1 Ts.4:13-18). Este es un verdadero misterio del Nuevo Testamento.
El misterio del cual Pablo habló en Romanos 16 era que tanto
Judíos como Gentiles eran tratados por Dios sobre la
base de total igualdad y que, al creer en Cristo, ellos serían unidos
en un cuerpo con el propósito de mostrar las excelencias de Aquel que
los llamó de las tinieblas a Su luz admirable. De dos, Dios hizo UN
NUEVO HOMBRE (Efesios 2:11-18) y UN NUEVO REBAÑO (Juan 10:16). Y es
nuestro privilegio, en los días en que vivimos, dar a conocer este
misterio, revelar el secreto, descubrir la revelación que había
estado oculta. Este es un caso en que Dios quiere que seamos buenos para contar
secretos (en contraste con Prov.11:13 donde contar secretos es condenado).
Romanos 16:26
“Pero que se ha dado a conocer ahora
por las Escrituras de los profetas”
El misterio que había estado oculto, ahora es dado a conocer.
La frase “por las Escrituras de los profetas” es una traducción pobre.
Debería traducirse “por las escrituras proféticas” (Kelly, Darby).
Dios ha dado a conocer este misterio por los escritos de Sus profetas.
Es difícil entender cómo los intérpretes no-dispensacionalistas
pueden pensar que ésto se refiere a los escritos del Antiguo Testamento,
especialmente después que Pablo acaba de decir que el misterio había
estado oculto en épocas anteriores. Pablo tiene que estar refiriéndose
a profetas del Nuevo Testamento. En Efesios 3:5 leemos que el misterio que
no había sido dado a conocer a los hombres en otros tiempos, ahora
es revelado a los santos apóstoles y profetas de Dios. Estos son apóstoles
y profetas del Nuevo Testamento, los mismos hombres a los que se refiere Efesios
2:20 (ver también 1 Co. 12:10, 29; Efesios 4:11). Por cierto que los
escritos que exponen más clara y completamente los misterios son las
epístolas de Pablo, siendo Pablo el principal, pero no el único
revelador de los misterios. Cuando se trata de los misterios, los profetas
del Antiguo Testamento estaban en total oscuridad. El Único que conocía
estos misterios durante el período del Antiguo Testamento era Dios
Mismo.
“Según el mandamiento
del Dios eterno”
En este caso la palabra “mandamiento” significa “mandato, orden,
instrucción”. No es la misma palabra “mandamientos” que se usa para
la Gran Comisión del Señor en Hechos 1:2 (que se refiere a aquellos
mandamientos que el Señor dio a Sus discípulos después
de la resurrección y antes de la ascensión).
Pablo usa esta palabra, con respecto a su misión, solo en
otros dos lugares: 1) “Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato (orden) de Dios nuestro Salvador y del Señor Jesucristo,
nuestra esperanza” (1 Ti.1:1). Pablo era un apóstol (un “enviado”)
por orden del Dios vivo, y hay un sentido en al cual esto es cierto en cuanto
a todo creyente: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he
enviado al mundo” (Juan 17:18 y ver 20:21). El mandato y orden de Dios es
que nosotros debemos representarlo bien en el mundo y que debemos dar a conocer
Su glorioso evangelio a todas las naciones. 2) “Y a su debido tiempo manifestó
su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador” (Tito 1:3). Pablo sabía que
tenía una responsabilidad por el evangelio y una responsabilidad de
predicar que le había sido encomendada. El estaba bajo órdenes
para dar a conocer y manifestar la Palabra de Dios por medio de la predicación.
Por cierto que estas afirmaciones están en total armonía
con la Gran Comisión que incluye el mandato de Cristo de ir por todo
el mundo y predicar el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15), hacer discípulos
de todas las naciones (Mateo 28:19-20), predicar el arrepentimiento y la remisión
de pecados a todas las naciones, empezando primero por los judíos (Lucas
24:27) y ser testigos de Cristo por todo el mundo, empezando por Jerusalén
(Hechos 1:8; y comparar Romanos 1:16- “al judío primeramente”). Pero
con el paso del tiempo, los primeros discípulos aprendían más
y más acerca de las verdades de la iglesia y del misterio y estas revelaciones
adicionales sirvieron para profundizar y enriquecer su entendimiento del evangelio
de la gracia y del propósito de Dios para la edad presente. Pero ninguna
de estas revelaciones adicionales disminuyó jamás su obligación
de predicar a Cristo y Su evangelio de acuerdo con las órdenes de marcha
originales que ellos habían recibido durante los 40 días entre
la resurrección y la ascensión.
“Se ha dado a conocer a todas las
gentes para que obedezcan a la fe”
Aquí el lenguaje es muy similar a Romanos 1:5 –“para la obediencia
a la fe en todas las naciones”. Todos los hombres en todas las naciones son
mandados a creer y ser salvos (comparar Hechos 17:31 y 1 Juan 3:23a). Todos
los hombres en todo lugar son responsables de OBEDECER el evangelio creyendo
en el Señor Jesucristo. Los que DESOBEDECEN el evangelio serán
castigados con eterna perdición (2 Tesalonicenses 1:8-9). Debemos hacer
saber a la gente que Dios les ha mandado a que sean salvos, y que les exhorta
enfáticamente a responder al evangelio de la manera correcta (comparar
2 Corintios 5:18-21).
Romanos 16:27
Al único y sabio Dios,
sea gloria
mediante Jesucristo
para siempre
Amén
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