¿Por Quién Murió Cristo? Una Defensa de la Expiación Ilimitada |
El Uso de Términos
Universales en Conexión con la Muerte de Cristo
Los que niegan que la muerte de Cristo fuera universal
(por todos los hombres) tienen que admitir, no obstante, que se emplean términos
universales en pasajes que se relacionan con el alcance de la expiación. Por
ejemplo, Gary D.Long en su libro Definite
Atonement admite que tales términos universales se usan y que se dice que
Cristo murió por el “mundo,” “por todos” o “por cada” (ver p.32). También John
Murray en un artículo titulado “Redemption” admite que la Biblia usa
expresiones que son de forma universal, tales como “mundo” y “todos” y “cada
uno” y “todos los hombres”.
Si Cristo murió solamente por los elegidos, y si la Biblia
dice que Cristo murió por “todos”, “por el mundo”, “por todos los hombres”,
etc., entonces debemos concluir que estos términos universales se refieren a
los elegidos. En otras palabras, tenemos que asumir que en esos casos los
términos como “el mundo” y “todos los hombres” son sinónimos de “los elegidos”.
Pero esto ocasiona un problema. En cuanto a la doctrina de
la elección, no hay un solo pasaje que use términos universales para referirse
a los elegidos. Si esos términos pueden, en verdad, significar los elegidos,
entonces ¿por qué nunca se usan en los pasajes clave que exponen la doctrina de
la elección? Para dar algunos ejemplos, por qué nunca leemos versículos como
estos: “El mundo no me ha elegido a
mi, pero yo he elegido al mundo”
(comparar Juan 15:16). “Según ÉL ha escogido a todo hombre en Él antes de la fundación del mundo” (comparar
Efesios 1:4). “Quien salvó a todo hombre
y llamó a todo hombre con llamamiento
santo…según el propósito suyo y la gracia que fue dada a todos los hombres en Cristo Jesús antes de los tiempos de los
siglos” (comparar 2 Timoteo 1:9). “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a
Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios haya
escogido a todo el mundo para
salvación…” (comparar 2 Tesalonicenses 2:13).
Yo demostraría la universalidad de la propiciación con el
hecho de que los escritores inspirados hablan de la amplitud de la propiciación
en un lenguaje muy diferente del que emplean cuando hablan de la elección,
justificación, santificación o glorificación… Ellos hablan de Cristo haciendo
la propiciación por los “hombres”, por “todos los hombres”, por “cada hombre”,
por “el mundo”, por “todo el mundo”, incluso por “los aun niegan al Señor,
atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.” ¿Pero dónde hablan ellos de
Dios eligiendo “hombres”, “todos los hombres”, “cada hombre”, “el mundo”, “todo
el mundo” e incluso “aquellos que niegan a Cristo y atraen sobre ellos
destrucción repentina”? ¿Dónde hablan ellos de Dios justificando, santificando
y glorificando a “hombres”, “todos los hombres,” “cada hombre,” “el mundo,”
“todo el mundo,” e incluso a “los que niegan a Cristo y atraen sobre ellos
destrucción repentina”?
¿Cómo explicamos entones el hecho de que las Escrituras,
al hablar de la muerte de Cristo, usa frecuentemente términos generales y
universales, extendiéndolo a todos, en cambio, cuando menciona la elección
divina, la Biblia siempre usa términos restrictivos, limitándolos a unos pocos
(es decir, a los creyentes)? Si aquellos por quienes Cristo murió son los
mismos como los elegidos, ¿por qué no se usan los mismos términos para
describir a ambos? ¿Por qué se usan términos universales para describir a
aquellos por quienes Cristo murió, pero no se usan para describir a los
elegidos, si se refieren al mismo grupo? El hecho de que la Biblia use términos
universales para describir a aquellos por quienes Cristo murió y nunca usa esos
términos para describir a los elegidos, es uno de los argumentos más
contundentes en contra de la doctrina de la expiación limitada.
Entendiendo
el Lenguaje de la Biblia de una Manera Normal y Natural
¿Cómo
deben entenderse esos términos universales? Los que creen en una expiación
limitada nos dicen que “mundo” (Juan 3:16; 2 Corintios 5:19; Juan 6:51)
realmente no significa “mundo” y que “todo el mundo” (1 Juan 2:2) no significa
realmente “todo el mundo.” Además, ellos insisten en que “todos” (1 Timoteo 2:6)
no significa realmente “todos” y que “todos los hombres” (1 Timoteo 2:4) no
significa realmente “todos los hombres” y que “todos” (Hebreos 2:9) no
significa realmente “todos” y que “todos nosotros” (Isaías 53:6) no significa
realmente “todos nosotros.
Sir Robert Anderson ha escrito lo siguiente: Durante los
primeros años de mi vida cristiana yo estaba muy confundido y afligido por la
suposición de que las simples y llanas palabras de Escrituras tales como Juan
3:16; 1 Juan 2:2; 1 Timoteo 2:6 no eran ciertas, salvo en un sentido misterioso
que sólo era entendido por los iniciados. Porque, se me había dicho, la
predominante verdad de la soberanía divina en la elección, impedía tomarlas
literalmente. Pero hace medio siglo, un amigo de esos días --el finado Dr.
Horatius Bonar—me libró de este extrañamente prevaleciente error. El me enseñó
que verdades pueden parecernos irreconciliables solamente porque nuestras
mentes finitas no pueden entender al Infinito: y que nunca debemos permitir que
nuestra pobre comprensión de los eternos consejos de Dios impidan la
incuestionable fe en las palabras de las Sagradas Escrituras”.
Los dispensacionalistas se han esforzado en seguir la
siguiente regla para interpretar la Biblia: Cuando el sentido llano tiene
sentido, no busques otro sentido, pera que no termine en un sinsentido.
Pero hay otros que han abandonado el acercamiento literal cuando se trata de
ciertas áreas de la Escrituras. Los redencionistas limitados (los que creen en
una expiación limitada) por ejemplo, parecen seguir otra regla: Cuando
el sentido llano contradice nuestro sistema teológico, busca otro sentido para
que no terminemos contradiciendo nuestro sistema calvinista particular.
Hace trescientos años Richard Baxter escribió lo
siguiente:
Cuando Dios nos dice, con toda la
sencillez posible, que Cristo murió por todos y que gustó la muerte por todo
hombre, los hombres lo negarán y, con ese fin, torcerán el sentido llano de las
palabras, simplemente porque no pueden ver cómo esto puede reconciliarse con
Cristo condenando a hombres y con Su especial amor hacia Sus elegidos. No es
difícil ver la justa y equilibrada coherencia. Pero, ¿y si tu no puedes ver
cómo concuerdan dos verdades del Evangelio? ¿Negarás entonces una de ellas,
cuando ambas son evidentes? ¿No es un gran orgullo preferir tu propio
entendimiento antes de la sabiduría del Espíritu de Dios, que ha inspirado las
Escrituras? ¿No debería un hombre humilde decir más bien, sin duda que ambas
son verdad, aunque yo no pueda reconciliarlas? De modo que otros negarán estas
llanas verdades, porque ellos piensan que todos por quienes Cristo murió están
ciertamente justificados y salvados; porque por quienquiera que Él muriera y
satisficiera la justicia, Él les proveería de fe para creer en Él; Dios no
podría castigar justamente a aquellos por quienes Cristo dio satisfacción, etc.
Pero, ¿dicen las Escrituras todas o algunas de estas opiniones con la sencillez
con la dice que Cristo murió por todos y por cada hombre? ¿Dice claramente en
alguna parte que Él no murió por todos? ¿Dice que hace excepción de un hombre,
y que Cristo no murió por él? ¿Dice en alguna parte que ÉL murió solamente por Sus ovejas o por Sus
elegidos y que excluye a los no elegidos? No hay tal palabra en toda la Biblia;
¿no deberían estar las verdades ciertas y los textos claros por sobre los
puntos inciertos y los textos oscuros?
Richard Baxter aplica luego hábilmente estos principios al
caso en cuestión:
Quisiera preguntar a cualquiera,
¿creerías que Cristo murió por todos los hombres si las Escrituras lo dicen
claramente? Si lo hicieras, dime, ¿qué palabras encontrarías o desearías que
fueran más claras que las que son usadas aquí? ¿No es suficiente que Cristo es
llamado el Salvador del Mundo? Dirás, ¿pero lo es de todo el mundo? Sí, dice
que ÉL es la propiciación por los pecados de todo el mundo. Dirás, ¿pero no es
para todos los hombres del mundo? Si, dice que Él murió por todos los hombres,
como también por todo el mundo. Pero dirás, ¿no dice que para cada hombre? Sí, lo dice, Él gustó la muerte por cada
hombre. Pero, podrás decir, eso significa por todos los elegidos, si dijera eso
de todos los no-elegidos, yo lo creería. Sí, lo dice así de quienes negaron al
Señor que los compró, y que traerán sobre sí mismos destrucción repentina. Sin
embargo, todo esto no parece significar nada para el hombre prejuiciado.
Conocí a un hombre que no estaba comprometido con la
creencia que Cristo murió por todos los hombres y que, sin embargo, hizo esta
notable concesión: “Si Cristo murió por todos los hombres, no sé cómo
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