¿Por Quién Murió Cristo? Una Defensa de la Expiación Ilimitada |
Respuesta a Algunas Objeciones
Comunes
“Cristo murió por
todos los hombres, pero Su muerte beneficia a los no-elegidos solo en un
sentido temporal. ÉL no pagó realmente la pena por sus pecados.”
Esta es la posición de John MacArthur y de otros. Esto es
una manera de decir que la muerte de Cristo fue por todos, sin creer que ÉL
realmente pagó el castigo por el pecado de todos. John MacArthur no cree que
Cristo murió como un Sustituto por todos los hombres: “ÉL (Cristo) no “pagó la
pena del pecado” por los que lo rechazan, porque si lo hubiera hecho, ellos no
tendrían que pagarlo ellos mismos en el infierno…La expiación es limitada en el
sentido de que Cristo actuó como sustituto solamente por los que creen en ÉL”
(de una carta escrita por el asistente personal de John MacArthur por encargo
de él, el 20.3.96). Esto implica que Cristo no murió como Sustituto por los que
persisten en rechazarlo (los que no han sido elegidos).
MacArthur enseña que la muerte de Cristo es por todos los
hombres, pero que los no-elegidos se benefician de la muerte de Cristo sólo en
un sentido temporal (ellos no son destruidos instantáneamente, ellos se
benefician de la lluvia y del sol, se benefician de la gracia común, etc.). Sin
embargo sólo los elegidos se benefician de la muerte de Cristo en cuanto al
real pago por sus pecados.
El asistente, en la misma carta mencionada, explica la
posición de MacArthur como sigue: “ÉL no pagó la pena del pecado por los que lo
rechazan…pero las ramificaciones de Su sacrificio se extienden más allá del
propósito primario de asegurar la salvación de los elegidos. Todas las
criaturas de Dios, incluso aquellos hombres y mujeres que rechazan a Dios,
reciben muchos beneficios de la muerte de Cristo, y la vida misma no es el
último de esos beneficios. Dios podría haber destruido, justamente, al mundo
inmediatamente después que Adán y Eva pecaron, pero ÉL ha permitido, en Su
bondad, que floreciera y lo ha sostenido con Su mano por miles de años…De modo
que John cree que hasta los no-elegidos han sido afectados positivamente como
resultado de la expiación de Cristo… La expiación es limitada en el sentido de
que Cristo actuó como sustituto solo por los que creen en ÉL. Sin embargo, la
expiación es ilimitada en el sentido de que sus beneficios se extienden a toda
la creación de Dios.” ¿Qué tan buenos son
estos “beneficios temporales” en lo que concierne a los no-elegidos? ¿No habría
sido mucho mejor para los no-elegidos que Dios hubiera destruido al mundo
inmediatamente después que Adán y Eva pecaran? Jesús dijo a Judas que para él
habría sido mejor no haber nacido nunca. Hay un sentido en que esto es cierto
para todos los que persisten en su incredulidad. No haber nacido es mejor que
pasar la eternidad en de lago de fuego.
Cuando John MacArthur enseña que Cristo murió por todos
los hombres (usando versículos como Juan 3:16; Hebreos 2:9; 1 Timoteo 2:6;
etc.), lo que realmente quiere decir es que hay algunas bendiciones temporales
que benefician a los no-elegidos. El no
quiere decir que Cristo pagó el castigo por el pecado de los no-elegidos. De
acuerdo con la carta del asistente, John MacArthur cree y enseña que Cristo
murió como Sustituto solo por los pecados de los elegidos. Esta enseñanza es
contraria a una declaración de fe que MacArthur firmó y que dice lo siguiente:
“Creemos que el Señor Jesucristo murió en la cruz por toda la humanidad como un sacrificio representativo, vicario y
sustitutivo.”
El Señor Jesucristo proveyó una salvación perfecta y
eterna para todos los hombres. ÉL quiere que todos los hombres sean salvos
eternamente, no solo temporalmente (1 Timoteo 2:4). ÉL pagó el precio de la
redención para hacer esto posible, incluso por los pecados de todo el mundo.
Sin embargo, el pecador no posee estos beneficios eternos hasta que él cree en
el Señor Jesucristo. Sólo cuando cree, obtiene lo que ha sido provisto en el
Calvario.
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