Una Iglesia Para la Gente a la

Que No le Gusta la Iglesia

 

 

 

 

Un periódico local  publicó un artículo titulado “La Iglesia Alternativa.” Este nuevo grupo es descrito como una “iglesia para la gente a la que no le gusta la iglesia.” Las características de este grupo son: se reúnen en un club nocturno; las personas visten ropa deportiva; la música se escucha bajo haces de luces de colores; tocan un estridente rock “cristiano”; a los espectadores se les entregan orejeras de espuma debido a la música estridente; hay un mensaje bíblico (que puedes escuchar, siempre que te acuerdes de quitarte las orejeras); y el bullicioso escenario es transformado en  una clase de Escuela Dominical.

 

Sin considerar lo que esta gente hace o no hace, nótese la consigna publicitaria. Pero, ¿qué es una “iglesia para la gente a la que no le gusta la iglesia”? Para empezar, apliquemos esta manera de pensar a otras áreas de la vida. ¿Puedes imaginarte: un colegio para niños a los que no les gusta el colegio; dietas para gente que no gusta de las dietas; ropa para gente que no gusta de la ropa; trabajo para gente que no le gusta trabajar? Al usar esta fórmula terminaremos con: nada de educación; nada para comer, nada de ropa para vestir, y nada de trabajo. Hagamos ahora la misma pregunta en cuanto a lo espiritual.

 

Cuáles son las respuestas a estos importantes asuntos de la vida: ¿un Dios para la gente a la que no le gusta Dios; una Biblia para la gente a la que no le gusta la Biblia; un evangelio para la gente a la que no le gusta el evangelio, y un infierno para la gente a la que no le gusta el infierno?

 

Si a mi no me gusta el Dios que me creó y que será mi Juez, ¿significa que puedo fabricarme uno que me acomode? Si no me gustan algunas de las cosas que la Biblia dice, ¿puedo alterar la Biblia para que sea de mi agrado? Si no me gusta el mensaje de que Cristo murió por mis pecados, que fue sepultado y que resucitó al tercer día, y que fue visto por testigos oculares, ¿puedo inventar un nuevo evangelio? Si no me gusta el hecho de que los que rechazan a Cristo como Salvador irán para siempre al infierno, ¿tengo la libertad de fabricar un nuevo infierno sin tormento?

 

¿Hasta qué extremos puede llevar la gente esta manera de pensar egoísta y relativa? La Iglesia se compone de todos los que entienden su justo castigo por sus pecados y que luego han puesto su confianza en la obra acabada de Cristo en la cruz del Calvario. La Biblia dice que Cristo ama Su Iglesia, aunque alguna gente no lo haga (Efesios 5:25,29). La Biblia proclama que la Iglesia pertenece al Dios viviente. La Iglesia es la columna y el baluarte de la verdad (1 Timoteo 3:15). La Iglesia enarbola la verdad solo mientras se afirma en la Palabra de Dios, la Biblia.

 

Debemos volver a las páginas de la verdad, en lugar de afanarnos por ser una “iglesia para la gente a la que no le gusta la iglesia.” La Biblia tiene las respuestas que necesitamos oír. Tenemos que estar agradecidos de que NO TENEMOS: un Dios que realmente no es eterno; un Creador que no hizo el cielo, la tierra y a todos nosotros; una Palabra de Dios (la Santa Biblia) que en realidad no es la Palabra de Dios; un Salvador que no dio su vida como rescate para nuestras vidas pecaminosas; un cielo que no existe, y ninguna vida después de que este cuerpo mortal muere.

 

 

“Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” Juan 17:17

 

por James Utter